Con el ampo de luz que te dió la vida.. llegaste, como un tesoro del amor;
... Y esa misma luz, el dieciocho de septiembre del año dos mil once ... te abrió el retorno hacia la dimensión eterna, que es "amor".
Y entre esos dos puntos infinitos nos brindaste honestidad, bondad, generosidad, respeto más todo el cúmulo de experiencia de vida, que caracterizó ese ser único que fuiste.
Y al decir del poeta amigo:
"Van hablando las voces sus tristezas
las que nacen del alma, sus ahogos
aquellas que nacieron con el tiempo,
más allá de las horas y su andanza.
Hoy quiero recordar en su grandeza
esos largos momentos sin olvido
que dajaron sabor por lo vivido
más allá de la luz cristalizada.
Aquel rostro de luces que llamaba
Cantando con su voz una mirada,
hacía que el silencio despertara
con suave palabra enamorada.
Era el sol primario del encanto
dando color y suavidad al canto.
Eduardo Francisco Ferreira Sobral14/05/2008